24 de noviembre de 2008


Limpito limpito...


Y sí, tuvimos que hacer lo que había que hacer y tanta fiaca nos daba...

Limpieza profunda del Mamut.
No fue una tarea sencilla, tuvimos que elaborar varios esquemas para la limpieza total hasta dar con el indicado. Tanto trabajo nos llevo, que decidimos tatuarlo en la espalda en caso de que algo extraño suceda. Nunca peligró tanto nuestro existir como ese día, pero todo salió según lo planeado.