29 de marzo de 2008

Pachi y el Garrafón

por Lucas

Sabado 29 de marzo de 2008. Estábamos realizando el elixir fresco y amargo, cuando de pronto......

Plashhhhhhh!!!!!! Un plash que todavía lo siento en el pecho, antes de saber que había pasado, se sintió en el aire la atmósfera que había en el grupo cuando bulo decidió retar a la física y batirse a duelo con la gravedad y termino en el piso, con una pierna que no tenia nada que ver, pagando las consecuencias.

No se como explicarlo imaginate todo en cámara lenta, el plash lo miro a masi, Masi lo mira al Chelo, el Chelo me mira y aparece Pachi con las manos apuntando para arriba a la altura del pecho con cara de que le paso algo, miramos las manos y la sangre brotaba como agua.

En ese preciso instante yo, y después de una consulta a los demás también, empezamos a sentir una mirada que nos observaba, una mirada de una persona con sombrero de cuatro pozos (a nadie en todo el distrito nunca le quedo tan bien un sombrero de cuatro pozos) y una pelada notable, una mirada paternal y motivadora, una mirada de un ángel, como pitada por el mismísimo Miguel Ángel.

Mientras nos dirigíamos al baño nuestros cerebros hicieron el siguiente calculo aritmético: Pachi + limpieza del garrafón de 40 litros = manos llenas de tajos.

Cuando estábamos en el baño empezó a pasar lo que tenia que pasar después de ir 15 millones de sábado al grupo, ante un accidente cada uno ocupo un rol, nuestro eterno guía de patrulla y científico (que es lo mas cercano a un medico en una situación así) empezó con los primeros auxilios provisto del botiquín mas completo de Latinoamérica del que el Chelo fue el artífice.

En cuanto los primeros auxilios estaban mas que avanzados Pachi sentencia: “en 1.23 minutos me desmayo”, y a los 1.17 minutos ciertamente estaba tirado en el piso del baño mas blanco que la hoja Rivadavia que Maradona uso para armarse la línea que se aspiro antes de escabullirse entre 6 o 7 ingleses.

Pachi estaba vestido con un overol por lo que dijo "yo así a la clínica no voy" con lo que nuestras cabecitas empezaron nuevamente a sacar cálculos y el resultado era que había que desvestirlo (estaba en calzones no boxer, lo agrego para graficar mas) y vestirlo nuevamente. Calculo realizado, el Chelo y yo dimos un paso para atrás instantáneamente, con una mirada a Masi que decía: "acá el familiar directo del accidentado sos vos macho" (esa reacción también la aprendimos en el grupo, eh!) y Masi totalmente sin excusa y con cara de "la recalcada concha de la madre, quien mierda me mando a......" lo vistió con una ternura digna de un buen guía de patrulla.

Después lo subimos al auto y a la Modelo derecho, una vez en la guardia y a la espera. La puerta con el numero 4 (nunca nos vamos a olvidar ese Nº) se abrió. "Medero", llamaron. La puerta se abrió el apellido sonó y fue Pachi a terminar de una ves por todas con este calvario.

Con una sagacidad increíble, quien les escribe se aventajo a sus dos compañeros quedándose con la notebook de Pachi para no aburrirse mientras esperábamos.

Bueno eso es lo que paso juro que sin exagerar nada, lo demás es todo anecdótico. Lo único que se es que el Chelo Masi, yo y sobre todo Pachi nunca vamos a ser los mismos.




23 de marzo de 2008

La Mudanza

La cosa fue así...
Desde que empezamos en mayo del año pasado, nuestra base de operaciones, tal como lo comentamos antes, fue la casa de Juan.

Resulta que desde que Anabella comenzó con la convivencia las cervezas no nos salían del todo bien. Quizá sea una maldición que nos hecho para que nos fuéramos y no la molestáramos los sábado desde las 8 de la mañana.

Mentira... Ana nunca se quejó y muchas veces hasta nos hizo pochoclos para mitigar el hambre que nos da el aromático perfume que tiene la cerveza durante el proceso de cocción. Además, con la noticia de que Juan y Ana serian padres, la decisión se apresuró.

Necesitábamos un nuevo lugar para ubicarnos, que nos diera las comodidades que teníamos en lo de Juan y pudiéramos ir desde muy temprano a fabricar...

Y como por arte de magia el Barba, Papito celestial, el Gran Jefe o como quieran llamarlo, le dio a Lucas la posibilidad de irse a vivir a la que fuera la casa de sus abuelos.

Y con Lucas llegamos nosotros. El sábado 22 de marzo realizamos la mudanza. Dos viajes en el Twingo del Chelo fueron suficientes para trasladar todo el equipo.

Ubicamos todo en un cuarto al fondo. Instalamos más o menos el equipo y lo dejamos listo para la semana siguiente, cuando fabricaríamos la primera cerveza del año.

Así que ahí estamos, en una cortada de Morón norte, cerca de la terminal de la 216, donde nos esperan muchos sanguches de jamón de cerdo para ser almorzados la próxima reunión.

Por ahora este es el lugar desde donde brotan nuestras esperanzas de una buena cerveza, de una cerveza que todos gusten tomar, de una MAMUT...